LOS SAQUEOS EN HONDURAS SON CULPA DE MICHELETTI

Con mucho ánimo comienzan las marchas a favor y en contra del depuesto presidente Sr. Manuel Zelaya, caracterizadas por los gritos, las consignas y los carteles. Demostrando una unidad partidaria que sin duda ya están engendrando las bases del poli partidismo en Honduras.
A medida que las manifestaciones avanzan crece el fervor y el furor que inevitablemente evoluciona a violencia de uno y otro bando por muy académicos que sean sus integrantes.
El gobierno de facto del Sr. Roberto Micheletti con sus repetidas cadenas nacionales (condenas nacionales) informa a la población através de una campaña abierta permanente, la orden de los toques de queda tratándose de justificar para que el pueblo los acepte por que supuestamente le favorecerán para proteger sus vidas y sus bienes (los de él) y es así. Lamentablemente se ha podido constatar que los toques de queda son solo una estrategia militar para mantener domado al pueblo hondureño que no reclama cuando le quitan sus derechos y con esto favorecer al mandatario de facto y su sequito de varios políticos y empresarios golpistas.
Luego aparecen almacenes robados y automóviles destruidos, ¿Quién tiene la culpa? Pues es obvio que Micheletti porque sólo a él se le ocurre cuartar la expresión del pueblo cuando con júbilo desea expresar su alegría del retorno del presidente electo Manuel Zelaya y acompañarlo a casa presidencial. Lo raro es que el ejército y la policía tienen el control de cada ciudad. Entonces podemos pensar que estos actos vandálicos fácilmente se le pueden atribuir a nuestras fuerzas armadas que desean a toda costa a través de su comandante el general Romeo Vásquez Velásquez desacreditar a los grupos de la resistencia en Honduras.
A lo largo de la historia podemos encontrar actos como estos (técnicas anglosajonas) con el objetivo de agenciarse un motín de guerra y desacreditar al adversario al hacer creer a las víctimas que deben financiar la aniquilación de su supuesto adversario, logrando con esto la distracción de la mayoría que lamentablemente creen en estos demagogos magistrales.